engordar al dejar de fumar
La dieta para dejar de fumar es un grupo de sugerencias que te asistirán primeramente a desintoxicarte más veloz de la nicotina y a encender la eliminación de las toxinas vía heces, orina y sudor. Además una buena dieta para dejar de fumar debe guiarte a controlar el apetito y a sentirte saciado, para evitar comer en demasía.
Debemos tener en cuenta que el tabaco está compuesto en gran parte de nicotina. Esta sustancia hace que el metabolismo se acelere y tengamos menos apetito, lo que nos transporta a no comer tanto y encima abrasar considerablemente más rápido la energía. El efecto de la nicotina es el de apresurar la circulación sanguínea además de otros que son más perjudiciales para el organismo, lo que nos lleva a tener un metabolismo más veloz, que al dejar el hábito se normalizará.
Dejar De Fumar Sin Engordar
Además de esto, la nicotina reduce las secreciones de la vesícula biliar para emulsionar las grasas y otros compuestos, con lo que disminuye todavía más la efectividad en la asimilación de alimentos. No obstante, cuando los escenarios de nicotina en sangre son muchos altos, esta liberación se inhibe relativamente, lo que provoca que haya que aumentar más el nivel nicotínico para mantener el exitación, lo que transporta a la adicción. En este sentido, la nicotina, actúa sobre el cerebro de modo similar al azúcar. Como es lógico, en ausencia de nicotina se produce un síndrome de abstinencia con ansiedad, malestar, etcétera.
Ayudarse con snacks masticables pero sin abusar.Una opción muy recurrida son los chicles sin azúcar. De esta manera la mandíbula y los dientes van a estar en incesante movimiento y ejercitarán presión como si se estuviera comiendo. No obstante, el consumo abusivo de chicles puede provocarnos hinchazón abdominal, acidez o, aun, diarrea. Una solución más saludable puede ser masticar hojas de menta, una manzana con piel, ciruelas o tortitas de avena como snacks puntuales. La meta va a ser exactamente el consumo ocasional de estos sustitutos en tanto que mudar un “vicio” por otro tampoco es la solución. Es una forma de comprometerse consigo mismo y con los demás. Su acompañamiento va a ser primordial en los momentos bajos y más que nada será de gran impulso que no nos brinden ningún cigarro y que incluso traten de evitar fumar enfrente nuestro.
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o Contribuye a relajar al fumador, sosteniendo ocupado y eludiendo el recuerdo del tabaco. Los fumadores tienen la posibilidad de asociar el no fumar más al inicio de una actividad física. Teresa Lajo, endocrinóloga de la clínica de medicina integral Nuosalud y autora del blog drateresalajo.es, asigna el aumento de peso corporal a una mejora en nuestras papilas gustativas en el momento de distinguir sabores, entre otras razones. Lo importante es evitar el alcohol y los estimulantes (café, te, cola…) pues su consumo se asocia a más grande riesgo de recaída. Una vez pasadas las primeras 3-6 semanas se pueden consumir esos artículos en cantidades moderadas. También hay que eludir los chocolates, frutos secos y gominolas (con azúcar) generalmente. Se degusta mejor lo que se come, lo que puede conducir a comer más de lo común.
Los efectos secundarios que puedes padecer en el momento en que rompes con una adicción son irritabilidad, insomnio, ansiedad o, aun, estado anímico más bajo. Además, a más grande ansiedad, más predilección por alimentos hipercalóricos. Muchos fumadores sacian el hambre con el tabaco. Con lo que cuando se deja de fumar, se pica más entre horas. En el momento en que fumabas, sentías placer, en tanto que uno de los efectos de las adicciones es que se activan los mecanismos de recompensa del cerebro. Al no fumar más, mucha gente busca esta gratificación en la comida. Lo que se debe tener muy claro es que el tabaco aniquila y que el temor a subir de talla no ha de ser un motivo que te no permita decir basta a este hábito tan nocivo.
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Precisamente, la mayoría de la gente que dejan de fumar ganan entre 3 y 4 kilogramos de peso a lo largo del primer año de abandono del tabaco. En las personas fumadoras, la nicotina del tabaco incrementa el gasto energético y disminuye la sensación de hambre. Cuando una persona deja de fumar, al ocultar la nicotina del organismo incrementa la sensación de hambre y reduce el gasto energético que se generaba por la acción de la nicotina. Ello conlleva, según se constata científicamente, un aumento del peso de entre 3 y 5 kilogramos de media, si bien para algunas personas este aumento puede alcanzar los diez kilos y en un 20% de las situaciones estudiados, en cambio, no hay aumento de peso e incluso adelgazan. De todos modos, este aumento se genera a lo largo de los primeros meses y consigue a un máximo de un año, donde se detiene y se puede revertir con una nutrición sana y ejercicio. El primer mes después de no fumar más se engorda una media de 4,7 kilos debido a los efectos del síndrome de abstinencia. La nicotina ayuda a quemar calorías –unas 250 kcal por cada paquete de 20 cigarrillos– y a aumentar la sensación de saciedad, al subir los escenarios de azúcar en sangre, con lo que el abandono de este perjudicial hábito frecuenta ir acompañado de un incremento de peso.
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